El sufragio femenino

DAILY EXPRESS

28 de Enero de 1910

 

Entrevistas a la defensoras del sufragio femenino.

Un reportaje de Devon Mills para el Daily Express

El derecho al voto en el Reino Unido está regulado por la People's Represention Act de 1884, que surgió debido a la cada vez más constante presencia femenina en todos los ámbitos de la sociedad inglesa, incluido el servicio militar en los grandes astrobuques o en algunos regimientos de infantería. Las protestas de las sufragistas respecto al voto femenino parecieron acallarse con la presentación del acta, en la cual se admite el voto para todos los varones mayores de 21 años y para aquellas mujeres mayores de 21 años que hayan conseguido un Diploma de Servicios Distinguidos al Imperio Británico, sirviendo al menos tres años en el ejército o bien realizando una labor que por su magnitud, dedicación o eficiencia se haya considerado como tal.

Sin embargo, la quietud apenas ha durado un par de décadas, ya que desde hace algunos años se oyen cada vez más fuertes las voces de las nuevas sufragistas, esta vez divididas en dos corrientes: las clásicas, que piden un sufragio universal para hombres y mujeres mayores de 21 años, y las extremistas, que reclaman que los hombres también deban conseguir el Diploma para hacerse acreedores al voto.

Nuestra primera parada fue uno de los elementos más característicos del movimiento, la señorita Laura Ingalls es una conocida sufragista, y su posición como reconocida arquitecta (responsable de la remodelación de la Queen’s House en Greenwich) y miembro prominente de la Sociedad imperial de Ciencia y Progreso. Su lucha por los derechos femeninos la han llevado a ser candidato al ayuntamiento de Londres por el área de Whitechapel, una de las zonas con mayor índice de criminalidad, pero a la vez con mayor número de votos.

Esperamos pacientemente quince minutos a que llegue la dama Laura Ingalls, conocida en las esferas de la alta sociedad por su pertenencia militante en la causa sufragista. Se presenta elegantemente vestida, donde destacan su chaqueta y una falda larga de corte francés, y donde contrastan unos complementos dedicados evidentemente a la conducción, como gafas, guantes y una bufanda (la señorita Ingalls es una de las pocas damas que conducen su propio coche en Londres).

DM: Muy buenas tardes señorita Ingalls, mi nombre es Devon Mills del Daily Express y tengo entendido que es usted una ferviente sufragista, ¿Es eso cierto?

L: Absolutamente (sonríe).

DM: ¿Y cuál es el motivo de querer participar en una actividad históricamente asociada al genero masculino como es la política?

L: Mi lealtad absoluta a la corona y el estado. Y el convencimiento profundo de que los ciudadanos que trabajan duro, a diario, para que nuestra nación sea tan grande como es y siempre ha sido han de hacerse responsables y tomar decisiones por el bien común, tanto hombres como mujeres. Es mi sentido del honor y la responsabilidad el que impulsa a trabajar en pos de esta causa.

DM: ¿Es cierto que algunas de ustedes usan a menudo pantalón como forma de protesta pacifica?

L: Es cierto. Y también lo es que si queremos trabajar, trabajar duro de verdad, hemos de estar bien equipadas para ello. Nuestro único deseo es aportar todo lo que podamos a nuestra sociedad.

DM: ¿Qué le diría a aquellos que piensan que hay oficios para mujeres y oficios para hombres?

L: Diría que en la mayoría de los casos esa división es mucho más difusa de lo que se pretende hacernos creer. Y que las oportunidades profesionales deberían ofrecerse según las capacidades del individuo, y no por su género, que es una forma muy general y superficial de valorar las capacidades y destrezas de alguien.

DM: ¿Durante estos años de lucha ha recibido duras críticas e insultos, que ha sido lo que más le ha dolido?

L: Que se cuestionase el compromiso real de estas mujeres fuertes y leales con la sociedad, y que se les acusase de intentar desestabilizarla por motivos personales. Somos un grupo de personas, de ciudadanas, comprometidas con nuestro entorno.

DM: Para terminar, ¿Quiere dejar un mensaje personal a nuestros lectores?

L: Estamos aquí para ayudar. Muchas gracias por darme la oportunidad de hablar en representación de mis compañeras y permitirme transmitir los objetivos de nuestro trabajo: Una Inglaterra formada por ciudadanos responsables y trabajadores que mejoren nuestra sociedad, y la hagan más justa y productiva.

DM: Muchas gracias a usted señorita Ingalls por la deferencia hacía nuestro periódico

 

Nos despedimos de la señorita Ingalls, que ha constituido siempre la cara “amable” del movimiento sufragista, y nos planteamos que para que nuestro reportaje esté completo, es necesario también la opinión de algunos de los elementos más radicales de esta iniciativa. Así que nos ponemos en contacto con otra de las mujeres que se han erigido en adalides de la defensa de los derechos femeninos al voto.

Tras varios días de espera, la dama Margaret Horne, una de las más fervientes y combativas damas de la causa sufragista, nos hace un hueco en su apretada agenda. Se presenta elegantemente vestida, con un precioso vestido verde esmeralda, un frac corto y un sombrero de mujer. Es educada y agradable aunque se ve que tiene carácter.

DM: Muy buenas tardes señorita Horne, mi nombre es Devon Mills, del Daily Express, y mi primera pregunta es ¿Cuánto tiempo consume ser sufragista y que le hizo unirse a este movimiento?

MH: Buenas tardes Señor Mills, un placer conocerle. Y en cuanto a su pregunta, ¿cuánto tiempo? Hmmm, el que quiera uno dedicarle (sonríe). ¡Puede ocuparte unas horas a la semana o unas horas al día! (ríe) Supongo que es parecido a los clubes sociales en ese aspecto. A mí personalmente me ocupa más bien unas horas al día, las que me quedan libres después de trabajar. ¿Y unirme a este movimiento? Varias cosas querido, aunque supongo que la más importante fue la injusticia. No es justo que mujeres inteligentes y capaces tengan menos derechos que hombres estúpidos e inútiles. No es justo tampoco que nosotras tengamos que “someternos a examen” para poder votar mientras que los hombres tengan derecho única y exclusivamente por el hecho de haber nacido hombres. (Esto último lo dice con voz algo más encendida)

DM: ¿Es cierto que algunas de ustedes usan a menudo pantalón como forma de protesta pacifica?

MH: Si, algunas lo hacen, pero no todas, yo no como puede comprobar (señala a su vestido). Aunque también es cierto que muchas utilizamos pantalones para trabajar, como parte del uniforme (sonríe). No sabe la facilidad con la que puede arder una falda en un laboratorio, querido. (Ríe)

DM: ¿Qué piensa de aquellos que dicen que las sufragistas son demasiado masculinas?

MH: Son imbéciles. ¿No ha evolucionado el mundo? Pues las mujeres también. Que no sean sumisas y dóciles no significa que sean masculinas, ya no estamos en la edad de piedra, no es la fuerza la que domina el mundo, es la cabeza, y las mujeres tenemos tanta como los hombres. (Lo dice con convencimiento y cierta indignación, es una mujer con carácter).

DM: ¿Durante estos años de lucha ha recibido duras críticas e insultos, que ha sido lo que más le ha dolido?

MH: Hmmm, si, la verdad es que muchas críticas me han dolido aunque lo que más me ha dolido, si bien no era exactamente una crítica, fue el día en el que aquel incompetente funcionario que había hecho el gran esfuerzo de ENGORDAR y ENGORDAR por su país me dijese a mí, que me había estado jugando el pellejo durante cinco años como operadora de artillería en el HMS Blake, que no podía votar. Valiente imbécil. (En esta respuesta se la ve airada e indignada, sin llegar a perder la compostura eso sí, después de todo es una dama).

DM: ¿Alguna vez ha pensado que todo el esfuerzo en esta lucha es inútil, y si es así que ha sido lo que le ha dado fuerzas para seguir adelante?

MH: Por supuesto que hay días en los que las fuerzas flaquean, señor Mills, creo que todo el mundo tiene días malos (sonríe). Pero, por supuesto, es importante evitar que el desánimo le domine a una, y para esto he de reconocer que pienso en la cantidad de mujeres inteligentes y listas que conozco, que se encuentran, como yo, privadas del derecho al voto y también de los hombres inútiles que sólo por haber nacido hombre pueden votar, y sinceramente querido, no estoy segura de que los votos de muchos de ellos sean beneficiosos para el país.

DM: Para terminar, ¿Quiere dejar un mensaje personal a nuestros lectores?

MH: ¡Qué gran detalle de su parte, señor Mills! Bien pues... Vivimos nuevos tiempos Damas y Caballeros, y los nuevos tiempos implican cambios, no cierren sus mentes, esto sólo es parte de la evolución lógica de las cosas. (Y tras una pausa añade) Muchas gracias señor Mills, ha sido todo un placer. (Sonríe e inclina la cabeza ligeramente mientras me ofrece su mano para despedirse).

DM: Muchas gracias a usted señorita Horne por la deferencia hacía nuestro periódico.

 

 
 
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