Las Cortes: Las Colinas

Observa. Tierras de suaves ondulaciones en las que cabalgan manadas de criaturas de ensueño. Bosques con arroyos que danzan risueños entre las veredas, y por doquier el eco de la risa de los Hijos del Verano. También, en ocasiones, el sonido de amargas lágrimas.

Las colinas son el hogar de las pasiones enfrentadas, el duelo y el abrazo. El sincero elogio y el salvaje insulto. Luz y sombra. Destino y Destrucción. La vida... y el frío abrazo de la muerte.

Reino de las más claras criaturas de nuestro mundo. Praderas de magia y de hermosas aves que en las sombras de la floresta lanzan su reclamo. Campos que se extienden ante radiantes amaneceres que dan paso a cielos hundidos y oscuras lloviznas. Noches de fríos luceros.

 

Tiemblan juncos en las penumbrosas riberas de los dulces arroyos. en los que sopla el leve rizar del aire cargado de gris y azul. Es también, ante todo, tierra de colinas. 
Observa el corazón de este reino... Bajo las leves lomas y el sol radiante que forman la carne de las colinas, hallarás corazón y alma, huesos de duro sílex que esperan dormidos la señal para alzarse con poder jamás imaginado. Canción del alma de las razas de las colinas.

 

Si recorres sus sendas, verás el caminar de la alta raza de los elfos, hermanos del sol y la luna. O el alegre trotar de los faunos de fuertes pezuñas. También la reunión de los gorriones del trueno y, si prestas atención y tu mirada es aguda, podrás incluso intuir entre las umbrías de los claros la esquiva silueta del unicornio.

Y en el corazón del reino, en un palacio que brilla en los tonos de la plata y el oro, la Reina Diana gobierna en un trono de pura luz alzado sobre una nube de sombras. Una reina blanca de corazón puro al amanecer, que con el caer de la noche se envuelve en profunda oscuridad.

Pues solo de la luz surgen las tinieblas.

 

colinas

 
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