Los Poderes

Observa. Éste es nuestro mundo. No queda hoy una sola mente que recuerde la Edad de la Ceniza, desolada y congelada, cuando solo reinaba el silencio sobre unas tierras en perpetua penumbra, cubiertas por las pavesas frías de fuegos difuntos. Entre eternas nieblas, árboles infinitos y mudos dragones de roca, dicen, caminaba la Magia. Cegada, sus sentidos aplastados por el terrible peso del mundo, cubierta por un manto de gris escarcha volcánica. Tanteó con dedos hambrientos y pasos vacilantes ese mundo de noches sin fin, de ateridas ascuas e incesante polvo... Su tacto estremecido encontró sus ojos, su boca, sus oídos. Con sus propias manos alzó su capucha, por primera vez, bendijo esta realidad con su Mirada y dejó que su cuerpo ardiera, para dar a luz a sus Hijos.

poderes

Fue la primera alborada de la Tierra del Verano, y cuando la Verdad por fin amanece, amanece entre llamas.

Una corriente irresistible barrió las cenizas hasta más allá de las fronteras, cubriendo en ellas reinos apenas insinuados, y entonces, los poderes nacieron a centenares de la tierra que se desperezaba. Dotados de inteligencia y consciencia, del mismo fuego que les dio la existencia tomaron formas diversas, formas terribles o encantadoras.


De ellos, algunos se alzaron, exultantes de poder, y fueron entre sus hermanos los Primeros, y entre ellos gobernaron, hasta que del Caos de la Estirpe de la Magia surgieran los Reyes para gobernarlos a todos.

¿Preguntas quienes son aquellos, que podrían sacudir los cimientos de la tierra y hacer que los mismos cielos gritaran de dolor?

Te lo diré, pero recuerda no pronunciar sus verdaderos nombres, a menos que desees atraer su atención.

  • La Magia de la Voluntad: el Abuelo Verano es quizá el más cercano al resto de faes, representa la conjuración, el uso mismo de la magia. Cada vez que alguien convoca un hechizo, es el Abuelo quién responde. Su ayuda no llega sin un precio, pues es cierto que un grave riesgo acompaña siempre al uso de la magia. El pactar con la magia de la voluntad es un desafío tan tentador como poderoso, pero la misma esencia de lo arcano reclama siempre un precio, y doblegar los vientos de la hechicería es una apuesta que ha llevado a más de uno a su perdición. Tras morir a manos de Destrucción, Puck ocupó su lugar cómo poder.

  • La Magia Salvaje: el Dragón Negro. Su terreno es la magia salvaje, descontrolada y libre de la acción de mente o cuerpo. La magia que permea el mundo y que hace que la misma realidad exista y sea posible. La fuerza mística por la que la materia se mantiene unida y no se disemina en el tiempo y el espacio. Encarnación de aquello que no puede ser dominado, la magia de las pasiones, y la naturaleza misma de todo ser mágico. Su muerte a manos de Alberitch fue seguida por el ascenso de su hijo, Kholkik, el Joven Dragón, cómo nuevo poder.

  • La Magia de Sangre: el Roedor es el rey de la magia de lo que palpita y vive, la magia de la sangre, el hueso, los dientes y el cabello. Señor de la magia ritual y chamánica, del intercambio, el equilibrio y el sacrificio. Los lazos de sangre son su esqueleto, los pactos de la carne sus entrañas, los vínculos de lo vivo su propio aliento. No hay ritual sin su intervención, ni sacrificio sin su presencia, aunque sus convocantes no siempre son conscientes de ello.

  • La Magia de los Muertos: la Baba Yaga, la Dama de las Calaveras, es la guardiana de la frontera entre los vivos y los muertos, la señora de los espíritus y la magia de ultratumba. La misma Muerte inclina su cabeza ante la Abuela Yaga. Es el único poder que reina sobre una de las Cortes de las Tierras del Verano, la Eterna Estepa, donde esqueletos y almas somete a su antojo.

  • La Magia de los Sueños: el Soñador es el maestro definitivo de la magia onírica, del espacio entre los despertares y de lo que escapa de la vigilia. Pero de donde nacen los sueños, nacen también las pesadillas, del dulce descanso reparador, y del profundo terror del eterno abismo que devuelve a quien osa asomarse una mirada envuelta en locura. Señor del subconsciente y la memoria. Amo de la mente inconsciente y de los extraños reinos de lo que nunca ha existido ni existirá.

  • La Magia de la Mente: el Áspid gobierna sobre la magia que aterra o atrae, que engaña a los sentidos o que los agudiza. Suya es la magia de la mente consciente, y suyo el poder de retorcer y moldear la vigilia y los sentidos. Con su mano derecha levanta los pilares de la cordura, mientras que con la siniestra reina sobre la locura de cualquier mente.

  • La Magia de lo Oculto: la Dama del Lago, misteriosa e incomprensible, es la dueña de lo secreto y lo escondido, de la magia de los acertijos imposibles y las profecías aún por cumplirse. Su memoria recuerda días de gris y escarcha,  cuando el mundo era joven. Señora es de lo cambiante y lo ambiguo, lo intangible y lo etéreo. Portadora de lo que aún está por descubrirse, lo que aún no es, pero será. Portadora de la niebla que ciega los sentidos y no permite ver lo que detrás del velo de sombras, reminiscente de aquellas cenizas milenarias que antaño gobernaran el mundo.

  • La Magia de los Elementos: Finalmente, los mismos elementos del agua, el fuego, la tierra y el aire se inclinan ante la Ermitaña. Es difícil encontrarla y más aún comprender sus secretos, pero en sus manos están las mismas energías esenciales de la naturaleza. Cuatro elementos, los pilares de la vida y la realidad, principio seminal y condena de la existencia. Los elementos no pueden ser domados, y aquel que desee controlarlos debe aprender el difícil equilibrio entre la orden y la súplica, el dominio y la vitalidad. Éstas son las artes que la Ermitaña enseña en bosques umbrosos y castillos de leyenda, pues suyo es también el reino del aprendizaje y la erudición.

 
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