Los tres hermanos

tres_hermanosAtravesaron arcológias y puentes, capillas derruidas, jardines de polvo y torres de cristal roto, montañas de azufre y tierras demoníacas. Todo esto para volver al punto de partida entre las cenizas.

¡Que horrible comienzo, fue el poderoso salto del dios, esa bellaca emboscada tan impropia de un rey!

Crujieron sus huesos ante el inmenso poder de aquel dios caído, ese martillo de héroes que lanzando tajos con su inmensa lanza barría a los tres hermanos como paja empujada por el viento. Pero no cedieron ¡estaban demasiado cerca para rendirse! Y con furia atacaron mientras una triste melodía surgía de corazones y mentes cuando las espadas hendían la carne del Viejo Monarca. Un pase de lanza, un sesgo de relampagueo, paradas, contras y golpes repartían los tres en una batalla tan terrible y triste que hasta el ciego cielo lloraba y su hermana la tierra temblaba de terror. Con un golpe el hermano salvaje salió volando, pero ni muerto ni vivo sería vencido.

- ¡Ahora hermanos! - gritó - ¡Cumplamos nuestro destino! ¡Acabemos lo que empezamos!

El hermano menor detuvo un colosal golpe y, rugiendo de negra rabia, el hermano mayor lanzó un mandoble tan fuerte que su brazo pareció quebrarse. Durante un momento creyó que había muerto, que había errado su golpe, que había fracasado en su empeño, que había hecho vanas tantas muertes y tragedias.

Pero solo fue un momento. Alzó la vista un momento y vio el rostro ceniciento del viejo dios, congelado en el aire con una expresión de alivio. Todo había acabado por fin.

 
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